Estaba profundamente dormido, una presencia al lado de mi cama me despertó sobresaltado, por unos segundos mi corazón se acelero hasta que vi que era mi hijo.
—¿que pasa cariño?, ¿no puedes dormir?, —le dije susurrando—.
—papa hay algo en mi armario, tengo miedo, no para de hacer ruidos. —dijo mi hijo—.
Mire al despertador que marcaba las 03:33 horas de la madrugada. por dios mañana madrugo.
—cariño, hoy tenemos monstruo en el armario —me volví diciéndole a mi mujer acostada a mi
lado— ¿te animas a su caza?, le dije en tono de cachondeo.
—no cariño, tu puedes con el, confió en ti —me dijo esbozando una pequeña sonrisa— y si no vuelves, que sepas que has sido un gran marido. jaja.
—¿quieres meterte en la cama con mama mientras papa va en busca de ese monstruo nocturno?, —le dije a mi hijo con tono de ironía para quitarle un poco de su miedo
Mi hijo asintió y se metió en la cama, acurrucándose tras mi mujer que ya parecía haberse vuelto a dormir.
Salí de la habitación camino del cuarto de mi hijo que estaba al fondo del pasillo.
La puerta estaba completamente abierta, me pareció escuchar un movimiento.
Instintivamente agarre un palo de golf que tenia de adorno mi hijo en la entrada de la habitación.
No podía ser, algo se oía, pero mi coherencia pudo a mi miedo, no seria nada simplemente algún muñeco se había quedado enchufado y producía ese ruido, que en medio de la noche y para un niño representaba a un monstruo, esboce una pequeña sonrisa.
!no puede ser!.
!joder se oye un lamento!.
Agarre con fuerza el palo de golf con una mano mientras con la otra abría lentamente la puerta del armario.
Un montón de ropa en un rincón se movía y emitía un sollozo.
!Pero que coño es eso!.
De un zarpazo aparte el montón de ropa.
!mierda!.
Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y los pelos se erizaron.
!Era mi hijo!.
El que estaba allí era el, no podía ser.
tenia los ojos medio ensangrentados de llorar y amordazado.
Su cara era de autentico pánico.
Le quite la mordaza.
!papa!.
!esta aquí!.
!quiere a mama!
...
P.D: -Los monstruos son reales, y los fantasmas también: viven dentro de nosotros y a veces, ellos ganan.
stephen king
A.Miralles
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