Semihazah, el rey de los ángeles caídos.
Semihazah (Semyazza) fue el rey de los ángeles caídos de la
segunda revolución contra Dios y sus leyes. La primera estuvo encabezada por
Satán, y su propósito era la autonomía.
La segunda, en cambio, tuvo objetivos más bien sensuales.
El libro de Enoc lo describe como el líder de los Grigori
(Vigilantes), una raza de ángeles que se encendió de lujuria por las mujeres
humanas y que en consecuencia perdieron sus privilegios en el cielo.
El ángel más fuerte de este grupo era Semihazah, cuya
inteligencia lo hizo considerar las posibles represalias que les aguardaban.
Sabía que si actuaba como líder sería el responsable total
de aquel acto de rebeldía.
En consecuencia, reunió a todos los Grigori y los hizo jurar
que cada uno tomaría su parte de responsabilidad en la empresa.
Citamos El libro de Enoc:
Shemihaza dijo: Temo que no queráis cumplir con esta acción
y sea yo el único responsable de un gran pecado.
Hagamos todos unos juramentos y comprometámonos todos a no
retroceder en este proyecto hasta ejecutarlo realmente.
Cuando el juramento fue realizado todos los ángeles
descendieron sobre el monte Hermón, de gran importancia en los mitos bíblicos.
Los fenicios lo llamaban Sirión, o monte Sión.
En Jueces se lo llama monte Ba'al Hermón, y se lo
consideraba como un sitio maldito a causa de aquellos hechos escandalosos.
El libro de Enoc ofrece una lista completa de todos los
ángeles que participaron en la conspiración.
Al parecer, había dudas y fracciones disidentes, pero
Semihazah los convenció hablando sobre las delicias de las mujeres humanas y el
gran placer que podrían encontrar en esas uniones pecaminosas.
Cuando los Grigori cayeron sobre las aldeas humanas
abdujeron a las mujeres más hermosas. Con ellas engendraron una raza terrible
de gigantes, llamados Nephilim en la Biblia, que en hebreo significa "los
fuertes".
Durante el reinado de los Grigori y sus hijos, los Nephilim,
los días se oscurecieron y nuevas y espantosas sub-especies nacieron y murieron
al amparo de la noche.
No obstante, este reino de terror tuvo su costado
beneficioso.
Los Grigori también les enseñaron a los humanos algunos
secretos de las artes y la agricultura.
Esta compensación quizás demoró la ira de Dios, que
finalmente se desató cuando Azazel les confesó a los hombres los secretos de la
guerra.
La primera respuesta divina fue enviar a Yecum, la seductora
de ángeles, para que capturara el interés de los ángeles rebeldes y los
dispersara de las mujeres mortales.
En el cielo se organizó una ofensiva sobre los ángeles
rebeldes.
Dios convocó al ángel Gabriel y la habló del siguiente modo
(Libro de Enoc, 10).
“Procede contra los bastardos y haz desaparecer a los hijos
de los Grigori de entre los humanos y hazlos entrar en una guerra de destrucción,
pues no habrá para ellos muchos días. Ninguna petición en su favor será
concedida. Los que han nacido de los espíritus y de la carne serán llamados en
la tierra espíritus malignos y sobre la tierra estará su morada.”
La Segunda Guerra de los Ángeles terminó igual que la
Primera, es decir, con la victoria aplastante de las huestes celestiales.
Una vez capturado, Semihazah fue llevado ante el ángel
Miguel para recibir su sentencia. Previamente, Miguel había sido depositario de
estas palabras divinas:
“Ve y anuncia a Shemihaza y a todos sus cómplices que se
unieron con mujeres y se contaminaron con ellas ¡que sus hijos perecerán y
ellos verán la destrucción de sus bien amados! Encadénalos durante setenta
generaciones en los valles de la Tierra hasta el gran día del juicio. En esos
días se les llevará al abismo de fuego, a los tormentos y al encierro en la
prisión eterna. Todo el que sea condenado, estará perdido de ahí en adelante y
será encadenado con ellos hasta la destrucción de su generación. Y en la época
del juicio que yo juzgaré, perecerán por todas las generaciones. (Libro de
Enoc, 10, 11-14)”
Después de la condena de Semihazah, Dios ordenó la
aniquilación sistemática de todos los Nephilim, y acto seguido desencadenó el
Diluvio Universal para destruir a todos los hombres y mujeres que se habían
corrompido.
Se dice que incluso hoy el viejo Semihazah aguarda la
oportunidad de apelar su condena mientras permanece preso en la constelación de
Orión, incómodamente colgado cabeza abajo.
0 comentarios:
Publicar un comentario