VIENE POR MI (audio incluido)
Abro los ojos.
Una tenue luz entra por la ventana, miro hacia ella y veo una sombra que me observa agazapada en un rincón, nos está esperando.
Mi cuerpo empieza a temblar como el agua dentro de un vaso en medio de un terremoto, una angustia me abraza y me maniata, no me deja reaccionar.
Estoy sentado en un sofá, viejo, en medio de un salón antiguo con ausencia de todo tipo de color.
Una librería empotrada que abarca toda la pared, en ella una televisión incrustada, encendida sin señal.
¿Cómo he llegado aquí?, ¿esta no es mi casa?
Tengo una mezcla de pánico y terror, solo la sensación de protección hacia mi hermana hace mitigar un poco el mal cuerpo.
Tengo que protegerla, va a venir a buscarla, quiere su cuerpo, quiere su alma, pero no es su momento.
No reconozco donde estoy. escucho ruidos en la calle, la gente pasa y oigo coches ajenos a mi angustia, siguen con sus rutinas.
Alguien llama a la puerta.
TOC,TOC,TOC. noto como sube mi sangre desde mi estomago hasta mi garganta, acumulándose allí sin casi dejarme respirar, me quedo helado sin apenas poder moverme, han sido tres golpes, secos y contundentes.
Sin saber como, me levanto, hay algo que me impulsa hacer lo que no quiero. quizás sea el destino que me obliga a ir abrir.
No quiero abrir, pero se que lo voy hacer, ¿porque me esta pasando esto a mi?.
Al llegar a la entrada me fijo en su distribución, una escalera hace de guía a la estancia superior, debajo de ella hay una pequeña puerta, supongo que da algún sótano.
Al fondo otra habitación, es una cocina, pobremente iluminada con una bombilla sin mas, esta se balancea dando una sensación tétrica, siniestra, de película de terror.
si yo estuviera detrás de la pantalla le diría la protagonista que no fuera, no joder no voy a ir, me digo a mi mismo.
TOC,TOC,TOC. vuelven a llamar, el ruido es de un picaporte de hierro golpeando una madera maciza, ¡eso ya no se fabrica!.
¿Dónde estoy?, ¿esta no es mi casa?.
Voy abrir, tengo que abrir.
Mientras me aproximo a la puerta veo entre los dos pequeños ventanales una silueta oscura.
Coloco la mano izquierda sobre el marco y con la derecha acciono la manivela lentamente para abrir.
Clic. ¡joder!, algo empuja enfurecidamente, quiere entrar, parece como si se hubiera cansado de esperar y estuviera enfadado.
La veo por primera vez, es oscuro como una nube, una mancha oscura muy negra. solo puedo distinguir unos ojos en ella, blancos grandes con un iris negro y profundo hipnotizante.
De su forma moldeable salen dos apéndices como brazos que quieren agarrarme. ¡ostias viene a por mí!.
No quiere a mi hermana es a mi a quien quiere, quiere mi cuerpo, quiere mi alma, pero no es el momento.
Esa cosa no deja de empujar, no cesa en su empeño, me doy cuenta que sus embistes son siempre igual con la misma cadencia, así que pienso rápido y espero a su próximo empujón para intentar escapar, puedo tener una oportunidad.
Uno, dos, ya. suelto la puerta y esa cosa entra directamente unos metros dentro de la casa, aprovecho el momento y salgo corriendo.
¡CATAPUMBA!.
Me doy un bofetón de la leche, no sabía que había tres escalones hasta la acera, sin embargo no he sentido dolor.
Intento levantarme pero no puedo mis piernas es como si no las tuviera, no reaccionan.
Miro hacia la puerta y la oscuridad empieza a salir por ella, lo vuelvo a intentar y nada imposible no me puedo levantar, se me va a salir el corazón por la boca, estoy muerto de miedo pero mi sentido de supervivencia me hace intentarlo una vez más, pero no, eso solo ocurre en las películas.
La gente sigue pasando por mi lado como si nada, como si no estuviera allí, ajenos a lo que me esta ocurriendo.
¿pero es que nadie ve a esa cosa?, ¿nadie me va a ayudar?.
En un ultimo esfuerzo mi mano izquierda choca con algo metálico, es un coche gris parado, es largo y antiguo, como los que se ven por América.
Con una fuerza de no se de donde me impulso para erguirme y poder alcanzar la puerta del copiloto, la abro y con un movimiento ágil me meto dentro.
Miro atrás y lo que veo me traumatiza, esa cosa va tomando a las personas como si de escalones sobre un abismo se tratara.
Se introduce en sus cuerpos y la victima reacciona prestando toda su atención sobre mí, sus ojos se vuelven negros como la mas infinita nada, extendiendo sus brazos deseándome.
Su autonomía y rapidez no es mucha por eso va cambiando de victima en victima para alcanzarme.
Giro la mirada al lado el conductor confiando que alguien este allí, esperándome.
Sentada hay una muchacha joven, con el pelo rubio recogido con una coleta, su piel es blanca y sus ojos claros. no me dice nada solo me mira esperando que sea yo el que reaccione.
—¡arranca por favor!, —le grito a la muchacha—. ¡quiere mi cuerpo!, ¡quiere mi alma!, pero no es mi momento. sálvame por favor.
Algo atrae mi atención a la ventanilla, ¡mierda!.
Esta aquí, sus ojos se clavan en los míos, me parece distinguir una sonrisa en esa oscuridad, de victoria, de satisfacción. me ha ganado.
Una luz intensa empieza apoderándose de la terrorífica estampa, con un tímido pitido que va aumentando a la vez, hasta que quedo cegado.
Abro los ojos, una tenue luz entra por la ventana, miro hacia ella y veo una sombra que me observa agazapada en un rincón.
Tengo la sensación de haber pasado por esto, ¡sí, joder! Es la oscuridad de nuevo, ¿por qué he vuelto atrás?, ¿ha sido un sueño?.
No lo entiendo, ¿qué significa esto?
TOC, TOC, TOC, ahí está otra vez no descansa.
No cesara hasta conseguirlo, pero ¿por qué?, Que he hecho yo para que tenga esa insistencia.
Mi cabeza empieza a procesar a un ritmo inusual, analizando lo que me esta pasando intentando buscar explicación y alguna salida.
¡sí!, Creo tengo una oportunidad, se lo que va a ocurrir intentare a adelantarme y ser más rápido.
Me dirijo otra vez a la puerta, esta vez decidido sin centrarme en ningún detalle del lugar, voy abrir, y esperare el momento de su furia.
Aunque tengo un plan no ha cesado la sensación de terror en todos los poros de mi cuerpo, la adrenalina esta en niveles insospechados.
Uno, dos, ya. como esperaba la oscuridad entra en la casa cuando suelto la puerta.
Salto y caigo de pie esquivando los tres escalones, ya no miro a tras solo me dirijo al coche que gracias a dios esta donde estaba, directamente entro y me giro esperando encontrar a la muchacha de antes mientras le repito mi guion ya interiorizado.
—¡arranca por favor! —le grito a la muchacha—, ¡quiere mi cuerpo, quiere mi alma, pero no es mi momento!, sálvame por favor
Pero cuando mi mirada se centra en ella algo hay diferente, me descoloco un poco, no lo entiendo
En sus brazos entre ella y el volante hay un bebe, de piel muy blanca como la suya y también con los ojos claros, la miro y me parece distinguir una leve sonrisa de confirmación, y arranca.
La carretera continua por un puente que sortea un gran rio debajo, hay mucha gente tanto de ida como de vuelta. ¿a dónde va toda esa gente?.
No interactúan entre ellos solo caminan o conducen en una dirección y otra, son como autómatas.
Por unos instantes me había olvidado de la oscuridad, la busco sabiendo que la voy a encontrar y ahí esta haciendo su baile de cuerpos intentando alcanzarnos, pero cada vez se queda mas atrás, vamos a conseguirlo esta vez sí.
Pasamos el puente y ya no veo movimiento de esa cosa, ¿igual se ha dado por vencida?
Uf, ojalá, la muchacha sigue conduciendo, pasamos el puente y el camino se vuelve de tierra y piedras, la vegetación aumenta, los arboles comienzan a poblar todo y todo es empinado.
El coche gira a la izquierda a un camino sin salida, al fondo hay una cabaña abandonada y cubierta por la vegetación, solo hay un gran barranco que lleva nuevamente al puente , el coche se detiene.
—lo siento —dice la muchacha—.
Un escalofrió recorre mi cuerpo al oír esas palabras y me invade una sensación de bondad, de perdonar, se que nos ha encontrado, pero lo hemos intentado, la tristeza se asienta en mí.
Dirijo la mirada sobre ella para darle por lo menos las gracias, pero…no tiene los ojos negros, son igual de claros que antes, ¿Qué ha pasado entonces?.
—lo siento —vuelve a repetir la muchacha—.
Desciendo mi mirada y lo descubro, su bebe tiene la oscuridad en su mirada, ha sido una maniobra cruel, se aprovechado del mas fuerte y antiguo de los sentidos, el de protección a los nuestros a los mas débiles. Es su bebe y su decisión no es complicada, el o yo, esta claro.
Yo no hubiera permitido fuera al revés, a el le queda una vida por delante, la muchacha esta sola lo presiento, no tiene a nadie y tiene que cuidar de su bebe, esta triste también.
Le asiento con la cabeza, le dedico una leve sonrisa, perdonándola, dándole las gracias.
—vete —le digo—.
Cuando sale del coche la sombra aparece de ese pequeño cuerpo, antes de que me coja abro la puerta y como si un ninja fuera salgo y salto por encima del coche hacia el lado del conductor en un ultimo intento de escapar, porque no es mi momento.
Calculo mal y caigo al suelo quedando mi vista enfocada a debajo del coche
Como de una serpiente se tratará esa cosa pasa por debajo y me agarra el brazo izquierdo que había sujetado sobre la puerta abierta, entonces la oscuridad empieza mezclarse conmigo y a tomar forma.
De mi brazo sale su brazo y va en aumento, hasta su cara, ¡no puede ser! Soy yo.
Ahora lo entiendo, se que es, se que esta haciendo, se porque estoy allí, como he tardado tanto en darme cuenta.
—ya se quien eres —le digo—, eres la muerte y este es mi personal juicio final, no consigo saber cuantos y tan malos han sido mis pecados, aunque se que han sido muchos o no se si hay algo que debiera haber hecho y no hice, pero no es mi momento lo sé.
Su cara que es mi cara esboza una sonrisa de confirmación, ese saber me da un ultimo aliento y alargo mi mano derecha a la pequeña guantera de la puerta buscando no se qué
Tras mi insistencia palpo un destornillador y sin pensar en nada mas que sobrevivir se lo clavo en la cara, a la altura de la nariz.
No sangra, no se queja, la sonrisa no desaparece, solo se deforma con cada uno de mis movimientos, volviendo a su estado inicial cuando paro.
Pero algo ha cambiado, la oscuridad parece que solo con su mirada que es mi mirada me habla, me está diciendo que lo haga, que no deje de intentarlo, que es mi destino, tengo que luchar, tengo que librarme, tiene que saber si soy digno.
Saco el destornillador y con furia lo vuelvo a introducir esta vez por un ojo haciendo movimientos de búsqueda sin resultado, por dios que sensación ver mi cara atravesada por un destornillador por mí mismo, que contradicción psicológica.
A la cabeza me viene una imagen, una pequeña esfera negra del tamaño de una canica que gira llena de energía imitando a un agujero negro, ¡eso es!.
Eso debo encontrar.
Saco el destornillador y asiento tres incisiones sobre la frente, un, dos, plaf.
Lo conseguí, la sombra desaparece y me libera, caigo resbalando por el barranco sin poder parar, cada metro que desciendo cada herida que me produzco me da mas vida, son unos segundos interminables en los que veo pasar toda mi vida por delante en un repaso fugaz.
He parado de descender pero no puedo abrir los ojos, me duele todo noto que estoy muy herido, pero la sensación que tengo es de tranquilidad de libertad de no estar en deuda conmigo.
Sobre mi cara noto una mano suave, —¿eres tú?, —me dice una voz—. ¿estás bien?.
Casi sin poder lucho por abrir los ojos, es ella es la muchacha, he caído hasta el puente justo a sus pies en la dirección en la que otras personas vuelven de donde vinimos.
Lleva el bebé en uno de sus brazos, con el otro me ayuda a levantar y empezamos a caminar, algo detrás de mi atrae mi atención.
Me giro y detrás de un árbol hay una sombra que va tomando forma humana, soy yo, le miro a los ojos, a mis ojos, me estoy juzgando a mi mismo.
Tengo una segunda oportunidad, tengo que guiarme por mis sentimientos, tengo que ayudar y amar.
No he vencido a la muerte nadie puede hacerlo, solo me advertido, me abierto los ojos.
P.D: La muerte esta tan segura de vencer, que nos da una vida de ventaja.
A.Miralles
Categories: Relatos
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