Ring, ring, ring, el sonido del teléfono despertó a marta en medio de la noche, el despertador marcaba las 03:33 de la madrugada.
¿Quién llamaba a esas horas?
Descolgó y una voz susurrante como venida de ultratumba dijo, sierirom, sierirom.
—¿quién es?, —dijo Marta aun medio dormida—, no son horas de bromas, ¿Quién cojones eres?
Colgó enfada y medio asustada, esa voz le provoco un escalofrío como si no fuera de este mundo.
Ya no se pudo dormir, era sábado, empezaba mal el fin de semana, lo único que le alegro es acordarse que tenía plan para esa noche, tenia pizza con su hermana y su novio amenizada con una peli de terror, era la noche de Halloween.
Primero llego Julia, su hermana y casi seguido Blas su novio.
—bueno que chicas, ¿ya habéis elegido peli?, —dijo Blas—, frotándose las manos demostrando alegría.
—yo la que queráis pero que sea bien gore, jajaja, —dijo Julia—, sabéis que me encantan.
—Pues ves eligiendo mientras yo preparo unos aperitivos, —dijo Marta—, y tu Blas ves por las pizzas que las tenemos encargadas.
Cuando Marta estaba en la cocina sonó el teléfono.
Ya se ha dejado algo este, pensó.
— sierirom, —se oyó tras el teléfono—.
—¿eres tu Blas?, no tiene ninguna gracia, —dijo Marta—.
— sierirom, —volvió a oírse en esa tétrica voz—.
Marta colgó y se quedó unos segundos fuera de sí, ya empezaba a preocuparse, ¿Quién le llamaba?, ¿Qué quería decir sierirom?, ¿Por qué?
Tras unos instantes miro a ver si podía averiguar de quien era el teléfono, pensó en llamar a la policía pero que les iba a decir, ¿que una voz me dice sierirom?, ¿Qué coño quiere decir eso?
La llamada ponía, teléfono oculto.
¡mierda!
Entonces entro Julia en la cocina.
—¿qué te pasa hermana?, parece hubieras visto un fantasma, —le dijo—.
Marta se lo contó y le dijo que llevaba varios días recibiendo esas llamadas.
Julia le quito importancia y dijo que sería algún admirador secreto, de esos que de vez en cuando le enviaban notas, ya que Marta provocaba mucha atracción al sexo masculino.
Pasados 20 minutos empezaron a preocuparse, Blas no había vuelto y la pizzería estaba a solo una manzana de allí.
Volvió a sonar el teléfono, nuevamente oculto.
—trae yo contesto, — dijo Julia—, a este le voy a quitar yo las ganas de seguir llamando.
— sierirom, —sonó tras el teléfono—, seguidamente un gruñido terrorífico.
Julia no le dio tiempo a reaccionar y se quedó paralizada.
Después de uno segundo se empezó a oír una voz de fondo difícil de identificar, cada vez un poco mas clara, al final lo entendió.
—¡ayudadme! —.
Era la voz de Blas era imposible el teléfono era oculto y su voz era de sufrimiento.
De repente se oyó un derrape en la calle, seguido de un estruendoso golpe metálico.
Mientras Marta corría hacia la ventana comenzó a oír a la gente alborotar, al asomarse se quedo muerta, era el coche de Blas.
Había chocado contra un árbol de forma inexplicable y su cuerpo lanzado por delante de la luna del coche unos diez metros fuera de este.
Yacía en medio de un charco de sangre con su cuello tocando la espalda, ni los gimnastas podían hacer eso.
Cuando se dio la vuelta para bajar a la calle por su novio, un ruido sordo seguido de un quejido ubicado en la cocina le hizo detenerse.
Era la voz de Julia, entre lamentos y sollozos.
Fue en su auxilio y al abrir la puerta se encontró a su hermana tendida en medio del suelo con un cuchillo incrustado en uno de sus ojos y las dos muñecas rasgadas, parecía un barquito en medio de un mar rojo.
Cuando se agacho al lado del cuerpo de Julia el hilo musical por si solo se encendió.
Una melodía susurrante salió de este que decía, sierirom, sierirom.
Entonces lo entendió, ¡sierirom!
—Julia, esto es por culpa mía ahora lo entiendo, no debí insistir en jugar a la Ouija la semana pasada, —le dijo Marta a Julia mientras esta emitía sus últimos alientos—, el tablero dijo sierirom, sierirom, moriréis al revés.
Julia exhalo su último aliento y la puerta de la cocina comenzó abrirse.
Marta vio reflejado en la ventana una sombra que aparecía detrás de ella y le susurro.
Sierirom.
P.D: -NO JUGUÉIS CON LO DESCONOCIDO.
P.D: -NO JUGUÉIS CON LO DESCONOCIDO.
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